¿Qué es la Artritis?
La Artritis es una enfermedad que afecta las articulaciones, causando dolor, rigidez e hinchazón. Existen diferentes tipos de Artritis, que pueden variar en su gravedad y en la forma en que afectan al cuerpo. Aunque la Artritis es común en personas mayores, también puede afectar a personas jóvenes y niños.
En la Artritis, la inflamación de las articulaciones puede deteriorar los cartílagos y huesos, afectando la movilidad y calidad de vida. Es importante identificar los síntomas a tiempo para buscar un tratamiento adecuado.

Tipos de Artritis
Existen varios tipos de Artritis, y cada uno tiene características y causas diferentes. Algunos de los tipos más comunes incluyen:
- Osteoartritis: Es la forma más común de Artritis y se produce cuando el cartílago que recubre las articulaciones se desgasta, lo que provoca dolor y rigidez.
- Artritis Reumatoide: Es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error las articulaciones, causando inflamación crónica y daño articular.
- Artritis Psoriásica: Afecta a personas que tienen psoriasis y provoca inflamación de las articulaciones, además de problemas en la piel.
- Artritis Gotosa: Se caracteriza por la acumulación de ácido úrico en las articulaciones, lo que provoca dolor intenso, especialmente en el dedo gordo del pie.
- Artritis Infantil: Es una forma de Artritis que afecta a niños y adolescentes, y se caracteriza por dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones.
Síntomas de la Artritis
Los síntomas de la Artritis pueden variar dependiendo del tipo y la gravedad de la enfermedad, pero generalmente incluyen:
- Dolor en las articulaciones: Puede ser constante o intermitente y suele empeorar con el movimiento.
- Rigidez articular: Sensación de rigidez en las articulaciones, especialmente por la mañana o después de estar inactivo durante un tiempo.
- Hinchazón: Las articulaciones afectadas pueden hincharse debido a la inflamación.
- Enrojecimiento y calor: La piel sobre la articulación afectada puede volverse roja y caliente al tacto debido a la inflamación.
- Fatiga: Muchas personas con Artritis experimentan cansancio extremo y falta de energía.
Diagnóstico de la Artritis
El diagnóstico de la Artritis generalmente incluye una evaluación clínica y pruebas complementarias para confirmar el tipo de Artritis y determinar el grado de daño articular. Los métodos de diagnóstico más comunes incluyen:
- Historia clínica: El médico realizará preguntas sobre los síntomas, antecedentes familiares y el impacto en la vida diaria.
- Examen físico: Se realiza un examen físico para evaluar la inflamación, el rango de movimiento y la presencia de dolor en las articulaciones.
- Análisis de sangre: Se pueden realizar pruebas de laboratorio para detectar signos de inflamación o de enfermedades autoinmunes.
- Radiografías y ecografías: Ayudan a visualizar el daño en las articulaciones y a detectar signos de Artritis, como el desgaste del cartílago.
Tratamiento de la Artritis
El tratamiento de la Artritis depende del tipo y la gravedad de la enfermedad. Algunas opciones incluyen:
- Medicamentos: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), los analgésicos, los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs) y los biológicos pueden ayudar a controlar los síntomas y prevenir el daño articular.
- Terapia física: El fisioterapeuta puede enseñar ejercicios que mejoren la movilidad y fortalezcan los músculos alrededor de las articulaciones afectadas.
- Cirugía: En casos graves, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos, como la sustitución de una articulación o la reparación de las articulaciones dañadas.
- Estilo de vida saludable: Mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y llevar una dieta equilibrada puede aliviar los síntomas y prevenir el progreso de la enfermedad.
Prevenir Artritis
No se puede prevenir por completo la Artritis, pero existen algunas estrategias que pueden reducir el riesgo de desarrollarla o aliviar los síntomas:
- Ejercicio regular: Mantenerse activo puede fortalecer las articulaciones y mejorar la flexibilidad.
- Control del peso: Mantener un peso saludable reduce la presión sobre las articulaciones, especialmente las de las rodillas y las caderas.
- Dieta saludable: Consumir alimentos ricos en antioxidantes, omega-3 y calcio puede ser beneficioso para las articulaciones.
- Evitar lesiones: Prevenir las lesiones articulares mediante el uso de equipo de protección adecuado durante la actividad física puede ayudar a reducir el riesgo de Artritis.